Arte y Revolución

Por Je Constantino Bajo cualquier régimen político a lo largo de la historia, incluso en la feroz Alemania Nazi, lxs poderosxs siempre han tratado de conseguir apoyo civil para sus planes contrarrevolucionarios, desplegando políticas demagógicas. El nuevo siglo no cuenta con campos de concentración, ni guerras directas. Sin embargo, la clase dominante ha recurrido a un nuevo método de “guerra fría”, ya que para enfrentar la crisis del sistema capitalista -que explotó en 2008- a modo de continuar existiendo como tal, necesita destruir fuerzas productivas y frenar las rebeliones. ¿Cómo se relaciona esto con la “pandemia”, el arte, Argentina y el mundo? (Leer todo)

Por Je Costantino  Ser artista no es sinónimo ni de conciencia de clase ni de revolución, ya que la historia nos muestra que la contra-revolución también contó con artistas a su disposición y, además, desde siempre el arte no estuvo coronado sólo de espíritus combativos ni mucho menos de pensadores con conciencia de la lucha de clases. Si bien esto es una realidad que no podemos ignorar, no significa que no debamos buscar a esos artistas dispuestos a aportar su arte y su vida para contribuir a cambiar la historia.  ¿Cual es el objetivo de un artista? En esto hay dos pilares centrales y conectados a la vez; uno es el objeto de crear, simplemente crear algo que, a su criterio, produce belleza; y el otro es que eso que produjo llegue a provocar algo en lxs demás. Es decir, el artista pretende crear belleza y a través de ese resultado de su impronta personal y creativa, llegar a las personas, conmoverlas, sacudirlas, encantarlas, cuando no persuadirlas. (Leer todo)

Por Je Constantino El tango ha sido siempre un género musical y una danza con características vanguardista. En sus comienzos sufrió la estigmatización de ser “un baile de pobres y prostitutas”, luego fueron censuradas sus letras bajo gobiernos dictatoriales, y estuvo a punto de desaparecer en los sesenta con el estallido del rock. Sin embargo, siguió su evolución, superando la marginalidad, la censura y las modas, siendo así como en el presente intenta vencer el encierro -cuarentenas mediante- que, como todo arte, es imposible encarcelar.   Los millones de bailarines y bailarinas que lo bailan en el mundo, hoy se encuentran en la tristeza y la soledad de no poder disfrutarlo a causa de la dictadura sanitaria que está atravesando la humanidad. En ese marco, en la tierra que lo vio nacer, estalló “la revolución del tango”, cuando grupos de milongueros y milongueras comenzaron a organizar “milongas al aire libre”, enfrentando las prohibiciones y protocolos. Pablo Rodríguez, profesor de ta